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El Estado Profundo. ¿Qué podría hacerse desde la educación?

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A nadie le sorprendería leer que, en el mundo, al margen de los gobiernos, existen redes de poder real que operan fuera del escrutinio público.


No vamos a describir casos ocurridos durante las dictaduras militares de Argentina, Chile, Brasil, Paraguay, Uruguay y Bolivia entre los años 70 y 80, tampoco de Guatemala en 1996, o Ecuador y Venezuela en el presente siglo; ni los pactos secretos entre la OTAN y la CIA, hoy desclasificados, para combatir una posible invasión soviética; ni las llamadas ‘Cloacas del Estado’ en España, entre 2012 y 2020; ni en los EE. UU., donde el propio presidente Trump denunció la existencia de funcionarios dentro de su gobierno que sabotearon programas de su primer mandato.


"Implica que hay gente secretamente en algún lugar, fuera de la mirada pública, escondida, incluso de la burocracia, tirando de las cuerdas y manipulando cosas", dijo a la BBC Gordon Adams, profesor de la American University y experto en política de defensa y seguridad nacional.


Habré de referirme a Colombia, que no es la excepción en este tema y donde existen varios casos que pueden relacionarse con el concepto de Estado Profundo. Es decir, redes de poder que han operado en las sombras, influenciando decisiones políticas, económicas y de seguridad sin el control del Estado, desde luego. Si eres de los que te enteras de las noticias a diario, nada te será nuevo ni te va a sorprender.


Veamos:


El Cartel de la Toga fue un escándalo de corrupción destapado en 2017, en el que magistrados de la Corte Suprema de Justicia, políticos y empresarios estuvieron involucrados en una red de corrupción dentro del sistema judicial. Este caso demuestra cómo una estructura de poder operaba en paralelo a la rama judicial del Estado, influyendo en sus decisiones desde las sombras;

La Parapolítica reveló los vínculos entre políticos y grupos paramilitares para influir en las elecciones y mantener el control territorial;

Las Chuzadas del DAS son un ejemplo claro de cómo los organismos de seguridad pueden operar fuera de la ley para favorecer a ciertos sectores del poder;

El Cartel de la Hemofilia demostró cómo redes de corrupción se infiltraron en instituciones esenciales, como el sector salud, para desviar recursos sin control estatal;

Los Falsos Positivos fueron un caso en el que sectores del Ejército y del gobierno operaron fuera de la ley para presentar civiles como guerrilleros abatidos en combates;

La Ñeñepolítica, aunque este caso no ha avanzado significativamente en la justicia, muestra cómo el crimen organizado puede infiltrarse en elecciones y estructuras de poder;


Y esto, sin mencionar los casos ocurridos durante la dictadura del general Rojas Pinilla. La creación de la Oficina de Información y Propaganda permitió controlar la narrativa oficial y censurar a la prensa crítica, como El Tiempo y El Espectador, que fueron cerrados temporalmente, mientras que otras expresiones alternativas de la prensa también fueron reprimidas. Asimismo, la ‘Mano Negra’, una estructura represiva contra los movimientos sociales y populares, violentó en 1954 una protesta estudiantil, lo que resultó en una matanza que aún hoy se conmemora cada 8 y 9 de junio.


Aún es temprano para afirmar con certeza que en el gobierno de Gustavo Petro (2022-presente) exista un ‘Estado Profundo’ operando de manera consolidada. Sin embargo, hay señales y controversias que podrían sugerir la existencia de estructuras de poder ocultas que intentan influir en la política nacional, ya sea dentro o en contra de su administración. Cabe señalar que el Estado Profundo puede prevalecer con el apoyo y conocimiento de los gobiernos o actuando de manera independiente.


Los siguientes son algunos ejemplos:


Saboteos y resistencias desde dentro del Estado, denunciados por el propio presidente, han buscado bloquear sus reformas y debilitar su administración. El caso de Nicolás Petro, quien inicialmente denunció la filtración de dineros en la campaña presidencial; el de Laura Sarabia, por el uso de los servicios de inteligencia para intereses privados; o el de Armando Benedetti, quien, a través de grabaciones filtradas, afirmó haber conseguido hasta 15.000 millones de pesos para la campaña de Gustavo Petro en 2022 y advirtió que, si se revelara todo lo que él sabía, ‘nos vamos todos presos’. Esta situación podría evidenciar cómo algunos políticos manejan información privilegiada para presionar o negociar poder, lo que sugiere la existencia de redes de influencia dentro del Estado


En el sector educativo también se pueden encontrar ejemplos de Estado Profundo. Este ‘Estado’ se manifiesta cuando redes de poder ocultas, ya sean políticas, económicas o ideológicas, influyen en la educación de manera discreta y sin control democrático. Estas estructuras pueden operar manipulando el currículo, limitando la libertad académica o favoreciendo intereses privados en la educación pública. A continuación, presento algunos ejemplos concretos:


Clientelismo y corrupción en la designación de rectores y directivos. En muchos municipios, los cargos de directivos en colegios públicos se asignan por favores políticos en lugar de mérito. Las redes de clientelismo en el sector educativo permiten que ciertos grupos controlen la educación para su propio beneficio, sin considerar la calidad del sistema. Esto también ocurre en muchas universidades públicas;


Censura y manipulación de contenidos en la educación pública. Se han ejercido presiones para evitar la enseñanza de temas como memoria histórica, conflicto armado y derechos humanos. En algunas regiones afectadas por el conflicto, docentes han sido amenazados por grupos armados para que no aborden temas como el desplazamiento forzado o la violencia paramilitar. La relación con el Estado Profundo radica en que ciertos actores con poder buscan controlar la narrativa histórica en las aulas para evitar que se cuestione su papel en el conflicto;


Influencia del narcotráfico y grupos ilegales en las escuelas rurales. En regiones como el Catatumbo y el Cauca, profesores han denunciado que grupos ilegales buscan influir en la educación, amenazando a docentes que no sigan sus lineamientos. La relación de este fenómeno con el Estado Profundo se evidencia en la presencia de actores armados dentro del sistema educativo, lo que demuestra cómo el Estado pierde el control en ciertas regiones y permite que fuerzas ocultas impongan su propia agenda.


Desfinanciación de la educación pública para favorecer la educación privada. Esta estrategia permite que ciertos sectores económicos se beneficien a costa del sistema educativo estatal. En Bogotá, durante el periodo 2016-2019, se implementó el modelo de ‘colegios en concesión’, en el cual entidades privadas administraban colegios públicos. Esta medida debilitó la educación pública y permitió la transferencia de recursos estatales a manos privadas, sin garantizar una mejora en la calidad educativa;


Corrupción en el Programa de Alimentación Escolar (PAE). En 2017, en La Guajira, se descubrió que más de 21.000 raciones de alimentos nunca llegaron a los niños, debido a que los contratos fueron adjudicados a empresas fantasma. En Santander y Tolima, se denunciaron casos de alimentos en mal estado, evidenciando cómo la corrupción en la administración de este programa afecta directamente a los estudiantes más vulnerables.


Ahora bien, desde la educación, ¿qué se puede hacer para que el sector educativo comprenda el peligro del fenómeno del Estado Profundo? Lo primero es fortalecer una organización gremial que esté atenta a este fenómeno, vigilando las propuestas pedagógicas y curriculares en curso. Para ello, es fundamental contar con un equipo de docentes suficientemente competente. Sin embargo, Fecode no ha logrado estructurar este equipo debido a su falta de proyección más allá de la reivindicación económica.


Desde la vigilancia pedagógica y curricular, se deben estructurar proyectos viables que integren los Planes de Desarrollo Municipales y, desde sus propios entornos y contextos, permitan comprender el peligro del Estado Profundo y su impacto en la democracia, la justicia y los derechos ciudadanos. La educación debe enfocarse en fortalecer el pensamiento crítico, la conciencia cívica y una comprensión profunda de la historia y la política, a través de una didáctica que promueva la transversalización e interdisciplinariedad.


Algunas estrategias pueden ser las siguientes:


1. Educación en Pensamiento Crítico.

• Desde todas las disciplinas, es fundamental enseñar a los estudiantes a analizar fuentes de información, detectar noticias falsas y cuestionar los discursos oficiales.


Asimismo, se debe fomentar el debate a partir de narrativas reales sobre corrupción y redes de poder en la historia nacional e internacional.


Por último, es clave aplicar ejercicios de análisis de discursos políticos, informes periodísticos y documentos oficiales, promoviendo el pensamiento crítico y la comprensión de los mecanismos de pode


2. Historia y Contexto Político

Explicar, con ejemplos históricos, cómo ha operado el Estado Profundo en distintas regiones del mundo, incluyendo Colombia.


Analizar el funcionamiento de redes de poder en dictaduras, democracias y transiciones de gobierno.


Mostrar de qué manera ciudadanos informados y organizados han logrado contrarrestar estas estructuras de poder.


3. Simulación y Aprendizaje Basado en Problemas.

·  Realizar juegos de rol en los que los estudiantes asuman el papel de periodistas, jueces, políticos y ciudadanos, enfrentándose a casos de corrupción o manipulación del poder. La gamificación es una herramienta poderosa para ayudarles a comprender el peligro del Estado Profundo, ya que les permite simular escenarios reales de manera interactiva y fomentar el pensamiento crítico. A través de estos juegos, los estudiantes pueden experimentar de primera mano cómo operan las redes ocultas de poder y cuáles son sus efectos en la sociedad.


· Juegos de investigación y resolución de misterios. Diseñar actividades tipo Escape Room en las que los estudiantes deban descubrir una red de corrupción dentro del gobierno, analizando pistas ocultas en documentos falsificados, noticias censuradas o escuchas ilegales. Además, se pueden proponer proyectos de investigación donde los estudiantes examinen casos de abuso de poder en la política nacional e internacional, fomentando el análisis crítico y el desarrollo de habilidades investigativas;


4. Formación en Ética y Ciudadanía

Impulsar la enseñanza de virtudes y valores no solo desde la teoría, sino también a través de ejemplos en escenarios reales, fomentando el aprendizaje mediante la práctica y la experiencia. Asimismo, en la educación cívica, incorporar prácticas en escenarios pedagógicos diseñados y concertados con el Ministerio de Justicia. De este modo, los estudiantes podrán cultivar, en tiempo y contexto real, virtudes y principios cívicos y ciudadanos.


5. Uso de la Tecnología y los Medios

· Analizar documentales, podcasts y reportajes de investigación sobre corrupción, espionaje y manipulación del poder.

· Incentivar el uso de redes sociales y plataformas digitales para la difusión de información verificada y el activismo ciudadano.


El objetivo no es generar paranoia, sino formar ciudadanos críticos, capaces de identificar estructuras de poder ocultas y comprender su impacto en la democracia y la justicia.

 
 
 

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